Importancia del autoconocimiento.
El autoconocimiento es clave para sentirnos bien con nuestra propia realidad, para seguir creciendo y creando buenas relaciones a nuestro alrededor. Conocernos a nosotros mismos nos aleja de las frustraciones y el estado de decepción y hace más plenas nuestras vidas.
Si preguntas a alguien si se conoce a sí mismo, probablemente te dirá que sí. El autoconocimiento va más allá de almacenar recuerdos y conceptos que nos caracterizan, se trata de llegar a un estado de análisis profundo y autoaceptación. Es la búsqueda de nuestra verdadera naturaleza, de nuestros deseos y emociones, que muchas veces quedan escondidos bajo las expectativas de otras personas o situaciones con las que vivimos.
Llegar al autoconocimiento no es fácil. Aunque creemos conocernos, a veces hacemos cosas que están en contra de lo que sentimos y escondemos deseos y emociones para tratar de adaptarnos a lo que nos rodea.
Muchas veces, actuamos por pura inercia, sin plantearnos por qué de lo que hacemos. En otras ocasiones actuamos por impulso lo que complica que lleguemos al punto de autoconciencia, pues no hacemos una reflexión profunda sobre nuestros actos.
Además, enfrentarnos a una visión de nosotros mismos que no nos produce placer, puede ser duro y tendemos a resistirnos. Preferimos la calma que a corto plazo nos da el no afrontar una realidad que no es acorde a nuestros ideales, antes que tomar los beneficios que a largo plazo nos produciría este tipo de auto reflexión.
No es fácil enfrentarnos al temor que nos invade el saber que algunas facetas de nuestra vida no se corresponden con lo que verdaderamente somos y podemos tender a acomodarnos en la superficie. Esto no es extraño en una sociedad que premia las apariencias y el éxito inmediato más que la introspección y la estabilidad personal, lo cual, suele tener consecuencias negativas, ya que hace que incluso aquellos que más éxito parecen tener, en ocasiones no se sientan realmente felices.
Llegar al autoconocimiento, como explicábamos, es una tarea que requiere esfuerzo, tiempo y una gran motivación. Algunas prácticas que pueden llevarnos a este estado de autoconciencia son trabajar la meditación, la aceptación y la toma de responsabilidad. Hace falta un ejercicio consciente y sostenido para poder reflexionar sobre quiénes somos y quiénes queremos ser. Escribir sobre nuestro pasado, sobre cómo nos sentimos y qué esperamos del futuro, puede ser también una gran herramienta de autoconocimiento.
Existen algunas preguntas que podemos hacernos para guiarnos más fácilmente hacia el camino del autoconocimiento, como, por ejemplo:
- Cómo me siento con respecto a mi pasado
- Cómo me siento en el presente
- Cuáles son las cualidades que más me gustan de mí
- Cómo me siento junto a las personas que tengo alrededor
- Cómo suelo reaccionar ante el estrés
- Cuáles son las cosas que más me decepcionan
- En qué cosas siento que debería mejorar
- Cuáles son las cosas que realmente me gustan y me motivan
- Qué es lo que espero en el futuro
- Cómo me gustaría que fuera mi vida
- Qué podría hacer o cambiar para que mi vida actual se asemejara, de forma realista, a aquello que me gustaría vivir.
Estas y otras preguntas pueden ser claves como guías en la reflexión sobre nosotros mismos, para poder avanzar y olvidar nuestras limitaciones . Ya sea por escrito o a través de nuestra propia habla interna, contestar a estas preguntas nos hará acercarnos un poco más al autoconocimiento.
Cuando alguien se ha enfrentado a sus temores y ha llegado al estado total de autoconocimiento, suele identificarse como una persona más segura, capaz de crear cambios positivos en su vida, con menor tendencia a la frustración y sentimientos asociados como la envidia o la ansiedad, así como con mayor responsabilidad en sus acciones y mayor empatía por los demás.
Citando a Sócrates, el filósofo ateniense: “conócete a ti mismo”. Quizás ese es el verdadero camino hacia la plenitud.
Si después de leer este post estás pensando en conocerte a ti mismo, puedes contactar con nosotros, estaremos encantados de ayudarte.
Autor: Rafeta Pallarés.